domingo, 8 de mayo de 2011

Buscando el camino de la armonía

En varios de los cursos que impartí, uno de los temas más importante y en que mas insistía en trabajar a los participantes es el de encontrar nuestra propia armonía, que es algo que suena fácil, pero en realidad es difícil de lograr.

Para esto, explicaba que el ser humano esta compuesto de tres seres: el ser mental, el ser físico (cuerpo) y el ser espiritual y que para poder alcanzar un equilibrio y poder armonizarlos en nuestra vida debemos de trabajar por igual en cada uno de estos tres seres.

Es importante reconocer que estos se ven afectados positiva o negativamente principalmente por el mundo real o mejor dicho por nuestra realidad. Todo lo que sucede a nuestro alrededor entra a nuestra mente a través de los sentidos, y es ahí donde en teoría se filtra todo de acuerdo a importancia y magnitud. Para mi el problema radica en el exceso de información que recibimos todos los días y que la mayoría de esta es negativa, violencia en casa y fuera de esta, crisis económica, problemas en el trabajo, desastres naturales, etc, etc., y es donde nuestra mente no puede enfocarse en lo que realmente nos afecta profundamente, así como  en donde debemos trabajar para obtener un resultado de manera mas rápida y eficiente, por lo que acabamos preocupándonos en todo y ocupándonos en muy poco. La abuela decía que el preocuparse era como mecerse en una mecedora, haces algo pero no llegas a ningún lado.

Cuando nuestra mente se llega a desbordar con tantos pensamientos, el buscar y entrar en nuestro ser espiritual nos puede ayudar de manera increíble a encontrar silencio mental y hasta centrarnos, a través de procesos como la oración, la meditación, la repetición de afirmaciones o mantras, podemos empezar por acallar momentáneamente la mente y encontrar posibles respuestas o soluciones a nuestros problemas.
Franz Kafka escribió:

   No hace falta que salgas de la habitación.
   Continúa sentado junto a la mesa y escucha.
   No hace falta ni que escuches, basta con que esperes, 
   basta con que mantengas la soledad y el silencio suficiente.
   Y el mundo se te ofrecerá libremente para que lo desveles;
   no hay otra elección, vendrá rodando sobre sí en éxtasis
   a tus pies.


Por otro lado recordemos que nuestro cuerpo es el medio físico que se nos dio para poder desplazarnos por los caminos de la vida, es la casa o mejor dicho el santuario de nuestro espíritu y bajo esta premisa merece el mejor de los cuidados, necesita mantenimiento diario, ejercitarlo para que no se oxide, evitar abusos y excesos que lo pongan en riesgo, ya que ponemos en peligro esa interconexión divina entre los tres seres.
  
Yo no creo que  podemos vivir en armonía y plenitud si canalizamos toda nuestra energía a un solo ser, es importante darle el valor que corresponde a cada uno de estos seres, buscando un balance de acorde a nuestra propia visión de la vida basado en nuestros valores, principios, experiencias, vivencias pero principalmente en los resultados que estamos obteniendo en este preciso momento y que tan satisfechos nos sentimos con estos.

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